


Tomo 9 - Crescendo es el noveno Tomo
introducido a Dead by Daylight
y abierto el 20 de octubre de 2021.
Fue acompañado por la Grieta 9.
Visión General[]

Tomo 9 añade nuevo Lore para los siguientes Personajes:
| Personaje | Entrada del Lore |
|---|---|
| El Embaucador |
Disonancia para los Muertos Recuerdos: Ji-Woon Hak |
| Yun-Jin Lee |
Coro de Mentiras Recuerdos: Yun-Jin Lee |
| El Observador |
Red del Abismo Registros, Historias y Notas |
También contiene desafíos relacionados con El Doctor
.
Recuerdos y Registros[]
Ji-Woon Hak: Disonancia para los Muertos[]
Recuerdo 435[]
Ji-Woon vivía dentro de los límites de Río de Janeiro. El agua salpicaba en un lavabo, las ruedas de una patineta pasaban por encima del asfalto; un zorzal colorado cantaba y... la voz. Una ventana abierta permitía apreciar el canto angelical y etéreo de un joven brasileño. Ji-Woon conocía al hombre. Lucas.
Era bueno. Está lejos de mi nivel, no obstante, es una joya.
Su voz era la pincelada que Ji-Woon había estado buscando. Y pensar que Lucas casi cayó del cielo. El brasileño cantó en un estudio de grabación que Ji-Woon había visitado.
Con la voz de Lucas, Ji-Woon podía crear arte. Arte genuino y atroz. Terror suave y espeluznante.
Ji-Woon ya tenía un almacén preparado en un puerto abandonado para el acto de mañana. Hasta el detalle más pequeño requería su atención. Durante la última semana, se trasladó de un ensayo de concierto a otro para hacerse pasar por celebridad, vigilar a su víctima, asumir identidades alternativas, comprar suministros y robar material de grabación. Todo mientras sobornaba al personal de seguridad para que no lo molestaran. Los detalles pequeños son lo que elevan el esplendor de su obra de arte.
Lucas morirá dentro de un día. Y será hermoso.
Recuerdo 436[]
Ji-Woon se paralizó tras llegar a su habitación de hotel, la puerta estaba entreabierta. Escuchó vagamente a alguien hurgando adentro. Que así sea. Sabía que algún fan loco iría demasiado lejos algún día. ¿Cómo podrían resistirse a él? Pero él estaba listo. Se defenderá y examinará al invasor en busca de sonidos de ópera, como un aria improvisada, mientras lo sorprende con un cuchillo en el estómago.
Acarició el cuchillo escondido encima de su tobillo. Listo. Empujó la puerta y caminó con cuidado sobre la alfombra de felpa. Fue ahí cuando escuchó al invasor por la esquina y vio a... ¿Yun-Jin? Su representante.
La furia se encuentra con la furia.
"¿Cómo te atreves a poner un pie aquí?"
"¿Dónde diablos habías estado?"
Se puso paranoica por las amenazas de muerte recibidas por parte de un fan. Cuando los de seguridad no lograron encontrar a Ji-Woon, ella decidió entrometerse. Era para reírse, las amenazas no eran más que una táctica, un coco creado por él para sacar a Yun de su camino si llegaba a acercarse demasiado. Pero debió haber esperado esto. Yun se encontraba al tanto de todo, algo que él respetaba de ella y que es lo que los convertía en un gran equipo. Él aportaba la voz millonaria y ella se deshacía de cualquier problema en su camino. Por lo general, funcionaba a su favor.'
En su mano sostenía... no, ¡demonios! Su secuenciador. Contenía su proyecto personal, los gritos de sus víctimas de asesinato distribuidos entre las canciones. Era una versión preliminar para nada sutil, la violencia y el terror eran un tanto evidentes para los débiles de corazón. Estaba indignada. No pudo oír más allá de las voces aterrorizadas para comprender la belleza inherente en el sufrimiento humano. Los pelos en la nuca de Ji-Woon se le erizaron. Él vio el momento con serenidad: ambos bailaban al filo de la navaja, con Yun peligrosamente cerca de descubrir quién era él realmente.
Recuerdo 437[]
Yun-Jin sostuvo el secuenciador como si goteara sangre. El único consuelo en la mente de Ji-Woon era que ella no comprendía con exactitud su significado. Él la conoce. De haber creído que los sonidos eran asesinatos de verdad, habría intentado darle un rodillazo en la entrepierna para después huir. Pero ella seguía indignada, al mismo tiempo que volteaba a verlo.
"¿Qué es toda esta basura retorcida y horrorosa? ¿Y si esto saliera a la luz? Ya de por sí has atraído a fans locos y violentos, ¿qué impresión darías si los medios escucharan los desquiciados sonidos en los que trabajas? Mightee One te mataría. Tu carrera llegaría a su fin."
Ji-Woon sabe a lo que ella teme realmente: su carrera llegaría a su fin. Porque, por más firme que se mantenga, y por más fuerte que golpee, ella no es más que una niña asustada que le teme al fracaso. Él sabía cómo tratar con ella. Dejó caer la cabeza, respiró profundo y se limpió la palma de su mano en los ojos.
"Yun... Desde la muerte de NO SPIN.... el incendio... No dejo de pensar cosas horribles. Perdí a mis amigos y... Tengo miedo de enloquecer. Veo cosas horribles detrás de los ojos cerrados. Lo único que me guía a través de la oscura niebla es convertir mi dolor en sonido... propagar la agonía de la muerte de mi corazón en una canción."
La cara de Yun se suavizó. Tomó asiento. Se compadeció de él. En su interior, él revivía los gritos divinos de sus compañeros de banda mientras ardían. También recordó cómo su corazón se llenaba de emoción mientras gritaban su nombre. No obstante, su cara no hacía más que retorcerse por la tragedia.
Ella disculpó su error de juicio. Y le confiscó el secuenciador. Le pidió que se quedara en el recinto del hotel hasta que el concierto terminara. Era por su propio bien. Su seguridad. Le dijo que bebiera algo del minibar y que se calmara.
Él asintió en silencio y la obedeció, no sin antes recordarse que robara el secuenciador dentro de unos días. La dejó creer que tenía lo que él seguía teniendo: el control.
Memory 438[]
Despite the stifling humidity, Ji-Woon hides under a hoodie, large sunglasses concealing his face. Now's not the time to attract attention from rabid fans. He waits till Yun is in a meeting and strolls out of the hotel, a bag of necessities in hand. It's his show now.
He pulls earbuds from his pocket, allows the music to envelope him. The song: How I Became, recorded six months ago in Seoul. It stands as a metaphor for his childhood, written one drunken night while looking over old photographs.
He is seven years old. He sits at the back of the class. He's uncomfortable being seen and speaking. But today is different. In a few minutes he's presenting on his favourite thing. A young boy shows the class his hamster, but Ji-Woon doesn't care. He holds his flute, going over the notes to the song he wrote.
He shuffles to the front of the class, places his sweaty fingers on the instrument. Following a deep, unsteady breath, he gently blows out a wisp of air, creating a light, whimsical sound. He closes his eyes, moves his fingers precisely, playfully dancing over each note. He ignores the squeaks of the hamster. The flute's sound carries like chimes in the wind. With one final soul-piercing note, he smiles and opens his eyes. His classmates are huddled around the rodent, laughing with its every move. His teacher too.
He walks to the group. Students pass the hamster around as it squeaks incessantly. It finds itself directed into Ji-Woon's palm. He takes it in both hands. With one steady movement, he squeezes. A squeal. A slight crunch. No more sound. The children scream. Ji-Woon feels nothing.
Memory 439[]
Storm clouds overtake the sky as the first drops of rain spatter onto Ji-Woon's sunglasses. He breathes deeply, prepares for what he's played over in his mind. The anticipation nearly brings him to his knees. The joy of the artistic process.
He strides to the rear door of a cheap 1980's sedan, glances both ways and appraises the few locals walking the street. Certain no one's watching, he jams a straightened coat hanger around the top of the window, pushing it through the other side. His thin fingers work quickly. Prior experience in breaking and entry pays off. He hooks the wire around the door lock and flicks it up. Without missing a beat, he slides inside, closes the door, and flattens himself along the backseat. He takes off his hoodie and sunglasses.
From his bag he pulls out rope, a blade, a dusty rag, and a bottle of chloroform. He waits. Takes out his earbuds. Listens to a song that's not his own. One he heard long ago.
He is eight years old. He sits on his father's shoulders, looking over a sea of human bodies. An elaborate stage is ahead, illuminated by coloured spotlights. A man in gaudy, audacious clothing stands in front of a microphone. On each side is a guitarist, behind him, a drummer. A crash of sound. Beautiful, rhythmic music. A voice that twists delicately through the melody.
His father shouts something but he can't hear. Shouts again.
This is what you'll do. This is where your talent will take you.
He feels a tingle through his spine, and sees something incredible: everyone enraptured, focused intently on the sound of a single man. The emotion of thousands is guided by his voice. He is seen by all, he is loved, and he is wonderous.
Ji-Woon never played his flute again. He revelled in sounds that reached global audiences, attracted screaming fans, turned men and women into idols. His childhood fear vanished as he learned to divulge himself through the intricacy and pliability of pop, his inner thoughts riding atop soundwaves, fusing together with other genres—rock, hip hop, jazz, punk. It was the music that could deliver him the explosive fame he deserved, a promise that he would never be upstaged. He was no longer confined to his timid shell; he revealed himself through his mastery of music, poured his heart into sound. He became envied, lusted over, and respected for the hits that spilled from his lungs.
He takes the earbuds in his hands and smiles. How miraculous that a boy became a god.
Memory 440[]
Rain hammers down on the car's roof. Ji-Woon checks the time. On any other day, Lucas would be in his car already. He knows this, he's done his homework. But Lucas is late, and Ji-Woon wonders if the storm has altered plans.
He feels control slipping away, replaced by something else. It pushes against his chest. Forces him to gasp for air, heavy and sticky in his lungs. Everything's ruined. He claws his nails into the car seat, forces his mouth shut to keep himself from screaming. All the planning for nothing. He doesn't have time before leaving Brazil to find another beautiful voice. Quickly... he needs music, fumbles for his earbuds, drops them to the floor, frantically scours. The only song playing is his teeth audibly grinding. As he prepares to spill into the street, he sees him. Lucas, drenched under the deluge, walks to the driver's side door
Get your shit together. The show's about to begin.
***
Ji-Woon grabs Lucas' neck in a chokehold, shoves the chloroform-soaked cloth into his face. The two struggle in a frenzied dance. Lucas twists from side to side, reaching his arms back, grabbing for anything. Ji-Woon resists the movement, holding the man in place with all his might. Rain smashes down, muting the battle under the pattering of a hundred drops, concealing the outside behind a windshield of streaming water. Lucas grabs a handful of hair and pulls Ji-Woon forward, breaking the chokehold. He bites deep into Ji-Woon's wrist, drawing blood. Ji-Woon screams through gritted teeth, pushing the cloth harder into Lucas' face until he's beating him with it. Lucas flails his other arm in a desperate bid, searching for a solution with no plan. His hand relaxes, releasing Ji-Woon's hair. He slumps forward, head hitting the steering wheel, blasting the horn.
Ji-Woon scurries over the seat, pushes Lucas' limp body to the passenger side. He leans back, takes a moment to catch his breath. Looks in the rear-view mirror, inspects his face, hair, and, through a sheet of rain, sees a sight he never expected: Yun's car pulling up behind him.
He grabs the keys from Lucas' pocket, jams them in the ignition and slams the accelerator down.
Memory 441[]
Lucas' limp body jostles back and forth in the passenger seat. Streetside shops and graffitied walls are a blur as Ji-Woon veers around a corner. Wind and rain lash at the city as if dead-set on blowing it apart. Ji-Woon loses track of his plan. Usually, he would have Yun fix his problems, but now—it's all wrong. He doesn't recognise the streets he's speeding down, only has a vague idea of the direction. Yun remains on his tail. She doesn't know when to quit. The tenacity and courage that proved useful when negotiating his record deal is infuriating now. He's losing control of his artistic process. Hands squeeze the wheel. He'd rip it from the steering column if he could.
No... no! You're not going down like this. You have art to make, damnit.
He flicks on the radio. Two men talking about... something. He doesn't know. Searches the channels — a commercial for a fast-food restaurant. Recognises the jingle. Keeps going, lands on—there it is, Brazilian dance music. Rapid tempo, heavy bass line, percussive guitar notes, and a smooth voice.
He pushes the pedal to the floor, dodges a few kids playing in the storm. Bolts past an old pickup truck, praying no one comes the other way. Swings the wheel hard to the left, nearly loses control in deep water but recovers to find himself in a perfect turn. Guns it as the song hits the chorus. Trusts in the music. Shifts with the tempo. Slides with the riffs. Feels the beauty in everything he does. Music courses through him. He is living art. He is the crescendo.
Behind him, Yun's car comes to a crashing halt.
It doesn't matter. The music goes on.
Memory 442[]
Ji-Woon pulls into the harbour he'd staked out days ago. He reluctantly turns off the radio and scans the area. No sign of Yun behind him but he's on his guard. Somehow she knew how to find him. He pulls out his phone... his Mightee One company phone.
"She's tracking me like an overzealous babysitter. Should have expected this from her... always a micromanager."
But she couldn't have known he was driving the car — only that he was in it.
Ji-Woon drags out Lucas, barely conscious, and pushes a blade into this back. Before shutting the door, he takes his phone and texts a simple message to Yun: HELP. He tosses the device on the car seat along with the rag of chloroform and rope. "Hm, needs more evidence." He cuts his palm and presses a bloody hand to the window. "That'll do."
With a thrust of his blade, he pushes Lucas forward.
***
Thunder shakes the frame of the abandoned warehouse. Lucas sits in front of Ji-Woon, bound to a chair, ready to be slaughtered, to sing, to create beauty. Ji-Woon pulls out his blade but... hesitates. Something's wrong. He was too messy getting here. He wants to dive into his art, let the blood spill, but Yun threw him off his game. He can't shake the feeling; he knows she doesn't give up easily... or at all. Walks over to a window and looks out. Endless rain. Lightning. And there, like a drowned rat skulking through sewage — Yun. So damn persistent. And further back... the flashing lights of a police car. Yun's stumbled into a bloody game and has the power to end him in one move.
He rummages through his pockets for his earbuds. Can't find them. Can't focus. Feels the plan slipping away. Sees an end to his art. The music cut short. His vision incomplete.
No... he can't let it end. He hears the music. It's always been there. Sitting on his father's shoulders, washing over him. He inhales it. It circulates through his veins. Becomes him. He'll never go back to being the boy he once was. He's an idol. He's a god. He's El Embaucador. And he has one last trick to play...
Video[]
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Yun-Jin Lee: Coro de Mentiras[]
Recuerdo 443[]
Agotada por el largo vuelo, Yun-Jin bostezó mientras encendía su computadora portátil. Aterrizó en Río de Janeiro hacía solo dos horas, pero su trabajo no podía esperar. Echó un vistazo a su buzón y vio una docena de correos electrónicos sin leer de un usuario desconocido que se dirigía a ella por su nombre. Pocos la conocían como Yun-Jin. Muchos solo la conocían como Magnum Opus. Hizo clic en un correo.
Una descripción gráfica y detallada del plan de alguien para matarla a ella y al Embaucador. Firmado, el fan número uno del Embaucador. Una amenaza de muerte. Una inusualmente específica con una foto de ella en el vestíbulo del hotel.
Antes de la muerte de NO SPIN, ella solía ignorar estas amenazas. Pero ahora... su bien cuidada mano había comenzado a temblar mientras tomaba su teléfono.
La amenaza era demasiado seria como para tomarla a la ligera. Llamó a su equipo de seguridad para una reunión de emergencia. Las salidas están limitadas a únicamente las sesiones de grabación y los ensayos del concierto. Le asignaron un guardaespaldas tanto al Embaucador como a ella misma.
Todos estuvieron de acuerdo con las nuevas reglas a excepción del Embaucador, quien argumentó en contra de quedarse en las instalaciones del hotel, lo cual no es ninguna sorpresa. Su relación con el Embaucador había tenido dificultades desde hacía meses. Él desafiaba cada decisión que ella tomaba. Su ego estaba cerca de acabar con su paciencia. Debido a sus frecuentes desacuerdos creativos, su siguiente álbum se había retrasado, por lo cual se vio obligada a producir tres nuevas canciones mientras supervisaba su gira.
Su experto en seguridad confirmó que los teléfonos estaban listos. A petición suya, instalaron una aplicación de rastreo GPS en todos los teléfonos de la empresa. Nadie más sabía de esto. Si el Embaucador seguía poniendo a prueba su paciencia, esta aplicación le sería muy útil. Era por su propio bien. Y el suyo.
Recuerdo 444[]
Yun-Jin se sirvió una taza de café en el estudio de grabación mientras reprimía otro bostezo. Su sien palpitaba. El desfase horario la había afectado. Además, las constantes amenazas de un fan loco le impedían dormir por la noche.
Mientras caminaba de regreso a la cabina, se dio cuenta de que el estudio junto al suyo estaba ocupado. Echó un vistazo adentro. Un hombre joven reía dentro de la cabina de grab ación. Tenía una sonrisa despreocupada que podría vender miles de revistas. Reconoció al hombre en la mesa de mezclas: Allano Muse, un productor algo famoso de San Diego.
¿Qué estaba haciendo en Río? Quizás unos cuantos chismes frescos la ayudarían a revitalizarse. Tocó la ventana de la puerta.
La puerta se abrió con un chirrido.
Y por supuesto que la recordó. ¿Quién podría olvidar a Magnum Opus?
Se invitó a sí misma a entrar mientras él reproducía la pista en la que se encontraba trabajando. Una construcción lenta y predecible para la línea de base. Poco original. Demasiado segura para llegar a ser de algún interés. y luego, una voz etérea llenó la habitación. Yun-Jin casi derramó su café. La voz del artista era cristalina. Su rango era poderoso, aunque sutil.
"¿Quién era ese?"
Allano le dijo a Lucas, el joven artista, que bajara un poco su tono. Mala idea. La pista debería desarrollarse de modo que impulsara el rango de Lucas en vez de limitarlo a un sonido aburrido y genérico. Caminó hacia Lucas y le dio su tarjeta de presentación.
"Llámame cuando estés listo para convertirte en un artista de verdad."
Sintió un poco de remordimiento mientras salía. Le había dicho las mismas palabras al Embaucador, haacía muchos años. En aquel entonces, ella deseaba poder trabajar con él.
Pero esos días habían quedado atrás.
Recuerdo 445[]
Dentro del bar del hotel, Yun-Jin bebía un poco de su caipiriña fría, un licor hecho con caña de azúcar para suavizar la explosión agria de lima.
¿Por qué le dio a aquel joven artista de nombre Lucas su tarjeta de presentación? No es como si ella pudiera producir su trabajo. Otra sacudida de nostalgia... Otro sorbo de caipiriña. Extrañaba eso. Buscar nuevos talentos. El caos puro y creativo de diseñar un sonido audaz. El golpe de adrenalina del primer álbum. Las cosas eran distintas ahora. Su tiempo se dividía entre soportar el creciente ego del Embaucador y seguir un ciclo de producción genérico e infinito.
¿Era este el precio del éxito? ¿Producir música que le provocara vergüenza? Sin mencionar que debía gestionar discusiones sobre guardaespaldas y toques de queda mientras era amenazada por un fan loco y psicótico.
Su vida era tan distinta de lo que había imaginado de niña. En ese entonces, la música era lo único bueno que ella tenía. Ella creaba pistas en su dormitorio y se imaginaba un escenario de luces brillantes en odne se sentía segura, hacía mucho ruido y era libre. Eso es lo que la música pop representaba para ella: una dosis vital de liberación sin remordimientos. Pero ahora, gracias a su éxito, vivía en una jaula de oro.
Se terminó su caipiriña.
El camarero la miró y ella asintió. "Que sigan llegando."
Convocó a los ejecutivos de Mightee One para una reunión virtual y les dio la noticia. Una vez que terminara las tres pistas en Río, le diría adiós al Embaucador. Ahora se iba a enfocar en presentar lanzamientos con aspirantes.
Un ejecutivo de Mightee One la interrumpió. Tenían asuntos más urgentes que tratar. Los nefastos rumores eran tendencia en Internet. Un fan trastornado y delirante afirmaba haber asesinado a alguien en el concierto del Embaucador. Yun-Jin cerró sus puños, sus largas y bien cuidadas uñas se clavaron en sus palmas. Cualquier cosa para evitar que sus manos volvieran a temblar.
Ella se haría cargo de esta tormenta mediática, por el bien de su marca. Pero después de Río, le diría adiós al Embaucador. Lo quisiera Mightee One o no.
Recuerdo 446[]
Los rumores en Internet sobre el asesinato eran tendencia. Una publicación anónima afirmaba que la víctima había sido vista con vida por última vez en un encuentro VIP con el Embaucador después de su concierto en Nueva York a principios de este año. Yun-Jin recordó aquella noche. No por el concierto, sino por un detalle que había estado repitiendo en su mente desde entonces. Marcas ensangrentadas de arañazos en los antebrazos del Embaucador cuando se presentó en la fiesta posterior al concierto. Los rumores en Internet reavivaron las sospechas que ella antes había hecho callar.
Hace años, el Embaucador y ella habían llegado a Miami varios días antes de lo previsto. Yun-Jin asistió a eventos de redes mientras el Embaucador ensayaba. Tres días después de su llegada, un cantante de folk fue encontrado muerto en el centro de la ciudad, cerca del bar donde se presentaba. Se había difundido un video de seguridad al público, en él se mostraba a un hombre vestido de negro con la cara cubierta que guiaba al cantante hacia un callejón. El oscuro y borroso video reveló muy poca información sobre el sospechoso. Pero Yun-Jin se había percatado de un detalle que le retorció en el estómago. Reconoció los auriculares con borde dorado alrededor del cuello del sospechoso con dos "X" grandes, una para cada oreja. Era el nuevo modelo de los auriculares Xerxes 1050x, conocidos por unos pocos amantes de la música y solo accesibles para un número todavía inferior. Ella reconoció de inmediato el modelo porque el Embaucador prefería su equipo sobre otros modelos costosos. Había usado un par similar en el avión a Miami, pero luego los cambió por un modelo inferior para el resto de la gira, lo cual solo alimentó sus dudas.
Sin embargo, en ese entonces, estaba pasando por un mal momento. Todavía no superaba la muerte de NO SPIN. El insomnio agudo mantenía su mente ofuscada y el desfase horario de la gira solo había empeorado su estado. Al final, decidió dejar que la policía hiciera su trabajo mientras ella se concentraba en el suyo: producir música. Pero ahora alguien más había muerto, y quizás el Embaucador haya sido el último en haber visto a esa persona con vida. Los auriculares, las marcas de arañazos y las salidas noctunas no era relevantes por sí solos, pero, al juntarlos, todo parecía tener sentido.
¿Cuántas coincidencias se necesitaban para saber?
Un golpe en la puerta la hizo saltar. El jefe de seguridad estaba aquí. Yunj-Jin decidió seguir su instinto. Así que lo confrontó. Mintió y dijo que despediría a todo el equipo de seguridad si no decía la verdad. Funcionó. ¿Descubrió que el Embaucador había dejado las instalaciones del hotel anoche. Su guardaespaldas había intentado seguirlo, pero lo perdió en el camino.
Yun-Jin dio un puñetazo en la mesa.
¿Por qué se iría el hotel? ¿A dónde quería ir? Y... ¿qué quería hacer?
A pesar de que llevaba años trabajando con elEmbaucador, seguía siendo un extraño. Si bien generaba ganancias increíbles, estas tenían un precio. Si vinculaban al Embaucador con un asesinato, harían lo mismo con ella. Incluso si no hubiera evidencia. Incluso si solo fueran rumores. Su vida corría peligro. Toda su carrera. Jamás podría volver a producir música. Y lo peor es que era su culpa. Sabía que no debía confiar en nadie de la industria.
Necesitaba obtener respuestas, antes de que fuera demasiado tarde. Debía averiguar lo que fuera que el Embaucador estuviera haciendo de noche. No iba a poder calmar sus dudas hasta saberlo con certeza.
Recuerdo 447[]
Yun-Jin dejó atrás a su equipo de seguridad durante el ensayo del Embaucador. Después de todo, lo que estaba haciendo no era del todo legal.
Le mostró su pase VIP al portero y entró en el vestidor del Embaucador. Quizáas posdría encontrar algo aquí que pudiera darle una pista sobre lo que el Embaucador estaba tramando. Buscó alguna pista entre las extravagantes vestimentas: recibos, notas, fotos. Lo único que encontró fue una mochila de gimnasio.
En su interior había una botella de agua, algunas camisetas y su billetera. Ni un solo billete ni nada de interés en su billetera,... salvo la tarjeta de acceso de su habitación de hotel. Quizás estaba buscando en el lugar equivocado. Se puso alerta tras escuchar a alguien hablar en voz alta a un lado de la puerta. Tomó la tarjeta de acceso del hotel y cerró la mochila justo cuando entró la asistente del Embaucador.
Yun-Jin reprimió los latidos de su corazón y mantuvo una expresión impasible mientra salía. Lo que sea que haya visto su asistente, no se iba a atrever a mencionarlo, al menos no a nadie de importancia.
Yun-Jin solo se detuvo cuando llegó a la habitación de hotel del Embaucador. Tenía la tarjeta de acceso en la mano. Si no lo hacía, ya no habría vuelta atrás. Pero si el Embaucador ocultaba algo, debía saber qué era, antes de que todo el mundo lo hiciera. Antes de que arruinara su vida. No podía dejar ningún margen para dudas. Yun-Jin empujó la puerta y entró.
***
La habitación del Embaucador estaba ordenada. Casi como si apenas pasara tiempo aquí. Revisó su equipaje. Un montón de ropa vieja. Sudaderas y pantalones deportivos totalmente negros. Una mascarilla negra. Ropa que jamás había visto que él usara en la gira.
Alguien llamó a la puerta.
"Servicio a la habitación." Yun-Jin dejó caer la mascarilla. "Vuelva más tarde."
No encontró nada peculiar en la habitación, a excepción de un raro secuenciador de última generación en su mesita de noche. Intrigada, presionó el botón de reproducir. Una serie de gritos fuertes y violentos llenaron la habitación. Los chillidos sonaban... genuinos. ¿Muestras de una película de terror?
No obstante, no conseguía sacarse ese primer y perturbador pensamiento de la cabeza. ¿Y si esto fuera... genuino?
Lo que encontró a continuación solo hizo que aumentara su inquietud. Un kit para afilar cuchillos. Piedras húmedas y artículos de limpieza. Toda una colección de afiladores.
En su mente se reprodujo una conversación anterior que había escuchado en el estudio de grabación. Lucas, el joven artista, se presentó con el Embaucador y le preguntó por el extravagante cuchillo en sus manos. El Embaucador respondió que siempre llevaba un cuchillo con él.
Yun-Jin tomó una piedra húmeda. ¿Para qué afilar artículos de utilería? Sí, el Embaucador llegó a usar cuchillos de verdad para grabar escenas de acción cuando era niño, pero ya no era necesario. Esta obsesión con los cuchillos no era solamente para el espectáculo. ¿Y qué sentido tenía afilar un cuchillo si no lo iban a usar? Se estremeció.
Otro ruido en la puerta. Yun-Jin bajó la piedra húmeda.
"Dije que volviera más tar--"
El Embaucador entró en la habitación y la tomó desprevenida. Sus miradas se cruzaron.
Él solo es el chico raro al que yo había contratado hace años. No dejaré que me arrastre con él.
Su indignación se encontró con su furia. Yun-Jin tomó su secuenciador.
"¿A dónde te vas por la noche? ¿Y qué es toda esta basura retorcida y horrorosa? ¿Qué pasaría si los medios se enteraran de esto? Tu carrera llegaría a su fin."
El Embaucador suspiró y admitió que, tras la muerte de NO SPIN, su mente lo había llevado a un sitio oscuro. Casi nunca hablaba de sus muertes, y ella entendía el porqué. Ese día seguía persiguiéndola en sus sueños. El tiempo pasó, pero la culpa permaneció.
Yun-Jin vio su teléfono en la mesa.
"¿Por qué no te tomas algo del minibar, Embaucador? El ensayo de hoy se canceló."
Se quedó con el secuenciador y le recordó que debía quedarse en el recinto del hotel hasta que terminara el concierto. Asintió con la cabeza.
Bien. Para que su táctica funcionara, debía hacerle creer que confiaba en él.
Recuerdo 448[]
Yun-Jin se asomó desde su habitación de hotel. Afuera llovía sin tregua, y eso provocó inundaciones repentinas en algunas partes de la ciudad. Llamó a su equipo. Daba igual lo mala que se pusiera la tormenta, el espectáculo debía continuar.
Aunque el clima no tenía la culpa de la creciente inquietud en su estómago. Había algo raro en el Embaucador, una corazonada que ya no podía ignorar, sin importar las ganancias que él le generara. Si bien era cierto que parecía sincero, sus años en el negocio le habían enseñado que no podía confiar en nadie.
Yun-Jin tomó su teléfono y activó el rastreador GPS en el teléfono de empresa del Embaucador. Su ubicación aparecía como un punto azul en un enorme mapa de Río. Su presentimiento era cierto. Ya no se encontraba en las instalaciones del hotel.
La persecución había comenzado. Hora de enseñarle un nuevo truco al Embaucador.
Yun-Jin disminuyó la velocidad cerca de la ubicación del Embaucador. Mientras se iba acercando, un sedán gris aceleró de golpe. Revisó su teléfono. El punto azul se estaba alejando en el mapa. El Embaucador debía estar en el auto que acababa de irse.
Yun-Jin pisó fuerte el acelerador y se fue a toda prisa. Tras dar algunas vueltas, alcanzó al sedán, el cual había girado bruscamente a la derecha. Yun-Jin lo siguió mientras giraba bruscamente y pisaba fuerte el freno. Su auto derrapó en la vuelta y se deslizó hacia un estrecho y sucio callejón.
TEl sedán aceleró y giró bruscmente a la izquierda para entrar en una calle estrecha. Yun-Jin repitió su maniiobra y giró a la izquierda, pero las llantas resbalaron en el encharcado asfalto hasta perder el control del auto.
Un choque estruendoso. La cabeza de Yun-Jin salió impulsada hacia el volante. Un destello de luz blanca. Seguido de un dolor ardiente que recorría su cuerpo desde el cuello hasta la parte baja de la espalda.
***
Yun-Jin tosió y jadeó de dolor. Por un momento, lo único que podía hacer era respirar. Cuando exhalaba, el dolor disminuía un poco. En la radio sonaba música rock a todo volumen. Estaba muy fuerte. Se acercó hacia adelante y la apagó de manera inconsciente. Una zona encima de su ceja izquierda ardía. Se tocó suavemente la frente e hizo una mueca de dolor. De su dedo, cayó una gota de sangre.
El parabrisas se había agrietado del lado del copiloto. Yun-Jin se movió lentamente y se inclinó con cuidado.
"No pasa nada. Todo está bien. Estoy bien."
Miró hacia afuera. El auto se había estrellado contra una farola del lado del copiloto. Esto pudo haber sido mucho peor.
Un sonido familiar interrumpió sus pensamientos. Su teléfono. Yun-Jin se inclinó lentamente hacia adelante, mientras su mano buscaba debajo del asiento. Tomó su teléfono y desbloqueó la pantalla. Un mensaje de texto del Embaucador: "AYUDA".
¿Por qué le pediría su ayuda? A menos que algo se le hubiera pasado por alto. A menos que... no estuviera persiguiendo al Embaucador.
El corazón de Yun-Jin dio un vuelco. La amenaza de muerte. El fan número uno del Embaucador. Quizás el fan loco se había enterado de las escapadas nocturnas del Embaucador y decidió atacar. Después de todo, los secuestros solían ir de la mano con las amenazas de muerte.
Dejó escapar una mala palabra. Con la prisa que tenía por perseguir al Embaucador, había dejado atrás a su guardaespaldas. Si algo le pasaba al Embaucador, a Ji-Woon, y ella estaba demasiado ciega como para evitarlo... No. Ya tenía suficiente culpa en su conciencia.
Yun-Jin ajustó de nuevo su cinturón de seguridad. Encendió el motor, pero a cambio este se atascó. Ella apretó los dientes y decidió intentar de nuevo.
Esto no será como el incendio... No pienso abandonarlo.
Volvió a encender el motor. Otra vez. En el tercer intento, el motor se puso nuevamente en marcha. Volvió a poner su teléfono en el tablero y siguió el punto azul.
Recuerdo 449[]
Yun-Jin siguió el GPS hasta llegar a un estacionamiento desolado frente a varios almacenes abandonados. El punto azul permanecía inmóvil. Finalmente. Ji-Woon debería estar por aquí, ¿pero dónde?
This is it. Ji-Woon should be here somewhere, but where?
Tras salir del auto, una pesada cortina de lluvia caó sobre el cuerpo adolorido y tembloroso de Yun-Jin. La luz del día se encontraba oculta detrás de nubarrones oscuros. El estacionamiento estaba repleto de autos averiados. Yun-Jin usó la linterna de su celular para encontrar el sedán gris. Mientras retumbaban los truenos, su teléfono iluminó la huella de una mano ensangrentada en la ventana de un auto. Corrió a la puerta y echó un vistazo adentro. De repente, casi no veía nada. Abrió la puerta.
Una rata salió del auto. Había algunos objetos en el asiento trasero: el teléfono de Ji-Woon, un trapo y algo de cuerda...
Yun-Jin cerró los ojos porque no dejaban de picarle. Puede que fuera muy tarde.
No podía perder el tiempo llorando. Si Ji-Woon seguía vivo, necesitaba toda la ayuda posible.
Yun-Jin tomó su teléfono y llamó a la policía, y después a su equipo de seguridad. Lo que fuera que este fan loco tuviera planeado, terminaba ahora.
Recuerdo 450[]
Los truenos retumbaban. Yun-Jin se tambaleaba a través de la lluvia, en busca de una pista, un rastro. Una gélida ráfaga arremetió contra su cuerpo empapado. Pero no podía detenerse. No hasta que Ji-Woon estuviera a salvo.
Una rata pasó por un charco sobre el cual había una tarjeta de presentación. Yun-Jin tomó la tarjeta manchada de sangre y la leyó: MAGNUM OPUS, PRODUCTORA MUSICAL. Era suya. Se estremeció al darse cuenta que quizás conocía a la persona que había secuestrado a Ji-Woon.
Las sirenas de policía sonaban a lo lejo, pero no sabía si venían por ella o por todas las personas atrapadas en la tormenta. Yun-Jin gritó con desesperación el nombre de Ji-Woon. Hizo más ruido que las sirenas y los truenos. Después oyó un grito que venía del otro lado del estacionamiento, justo donde se encontraba un almacén abandonado.
Corrió al almacén hasta llegar a sus amplias puertas. Había una cadena envuelta alrededor de las manijas. Estaban aseguradas en su sitio con un candado. Entretanto, la policía estaba llegando a la escena.
Un grito brutal salió del almacén.
No podía permitirse esperar. Lo que había pasado con NO SPIN no podía pasar otra vez. Nunca más.'
Tomó un tubo de plomo del suelo y golpeó el candado, una y otra vez.
"¡JI-WOON! ¡¡JI-WOON!!"
El candado se rompió.
Video[]
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El Observador: Red del Abismo[]
Terra Arachna. Day 987.[]
Terra Arachna. Day 992.[]
Terra Arachna. Day 998.[]
Chamber of Blood. The Tale that Follows.[]
Constable Duncan J. Smith said thousands of dogs haunted him wherever he went, but no one else saw them. To get away from the dogs he would hide in the crawl space underneath his cabin, or he would hide in the shed where he kept his snowmobile, or sometimes he would escape to the glaciers and hide in the ice caves where he prayed for the howling and the yelping and the whimpering to stop. But the howling and the yelping and the whimpering never stopped, and no matter where he hid, the dogs always found him.
The first day Duncan saw the dogs was the day he started questioning his job. Or rather, it was the day he started questioning the law and what he was doing with the law. There was something about legally destroying dogs that felt off… that felt… wrong… something that tugged at his heart and wouldn't let go… something telling him that he needed to get out of the cold, lonely Arctic Archipelago before it was too late — if it wasn’t already too late.
For Duncan, it was the first time in his career as a police officer that he realized that the law wasn’t always the glorified tool for civilisation he had imagined it to be. Sometimes the law was something else. Something blunt. Something hard. Something almost like a gavel… a gavel of destruction or oppression or perhaps both — destruction and oppression.
Truth is, Duncan wasn’t sure what he was thinking anymore. He was exhausted, and the dogs… well… the dogs just wouldn't leave him be, and all he wanted to do was return home and farm. He liked working on the farm. Things were simpler on the farm. But here, up north, things were more complicated, and Duncan couldn't help but think about the law.
About the gavel.
And the last thing Duncan wanted to do was wield that gavel against anyone. And yet — to his everlasting regret — he had used it against the dogs.
And though he had done everything by the book… and though the law said he had committed no crime… his heart continually testified to the opposite.
To be sure, Duncan had led countless dogs to the bay, where he had shot them like vermin in front of their owners. And it was only when he was alone and surrounded by their ghosts that he would admit to himself that what he had done didn't feel so right and that maybe... just maybe... these dogs weren't the dangerous beasts or the diseased rats his captain had made them out to be. They were… well… they were something else.
They were friends.
They were family members.
They played with children, entertained them and kept them safe. They warned against approaching wolves and polar bears, and even snowstorms. And more than anything they made sure no hunter ever got lost in a blizzard unlike those unreliable ‘iron dogs’ or snowmobiles that broke down in the middle of nowhere and left a trail of black smoke across the cold, white, endless expanse. No ‘iron dog’ ever led someone out of a blizzard. The same... well... the same could not be said of the dogs…
…the dogs he had so heartlessly destroyed.
But in those days — when the production of the first commercial ‘iron dog’ commenced — there weren't many challenges to the law, and so Duncan certainly tried to convince himself that he was doing the good and lawful thing for everyone.
And while it’s true that the mind might not make the difference between what is right and what is lawful, the heart certainly does.
The heart — it is often said — doesn't lie.
Nonetheless, Duncan found ways to trick himself and ignore the appeals of his heart. He told himself these dogs weren't like other dogs, and he actually believed his lie for a few months. But as time wore on, he very quickly realized that these dogs were… well… like the dogs he had known back home.
Knowing this made it harder and harder for him to fall asleep, and soon he started to hallucinate and see all the dogs he had shot.
At first it was just one. Then it was two. Then a dozen. Then a dozen became a hundred. And a hundred became a thousand. A thousand dead dogs howled and stared at Duncan every night, preventing him from sleeping, from dreaming, from thinking—preventing him from living the life he had once known.
Everywhere Duncan went, there they were, the dogs, looking at him with those eyes—those pleading, confused eyes, wondering what they had done wrong, or how they had failed their family and friends to deserve such a cold and indifferent end.
Truth is, Duncan couldn’t escape those ghosts any more than a dog could escape its own tail. Wherever he went, there they were, following him, reminding him of all the lives he had disrupted and destroyed with… well… with that gavel.
One evening, Duncan sat in bed, holding his aching head in his hands, staring at the decaying dogs sitting all around him. They watched him closely as he tried to fall asleep and howled or barked every time his eyelids began to slip. Trembling with fear and exhaustion, Duncan murmured he had done nothing wrong and that he had acted in accordance with the law and that they should just leave him alone. But —
The dogs wouldn't leave him alone. They just stared at him in silence with those eyes — eyes that reminded him of his own dog.
Anguished, Duncan lurched from his bed, screaming at the dogs, telling them he needed to sleep and that he wasn’t going to feel guilty for doing his damn job! He outright refused to apologize or feel guilty for doing what the law required him to do. What the law said he had to do!
The dogs suddenly stirred anxiously about the cabin with their heads down and tails between their legs. Duncan's screams grew louder and louder, and one by one, the dogs whimpered and whined for their lives like they had done when they had been destroyed. Then — just like that — they vanished into thin air as though Duncan had finally scared them away.
When Duncan realised the dogs were gone, he collapsed into his bed and prayed that they should finally leave him alone. He just wanted his life back, for the dogs had robbed him of his strength and freedom and even his sense of identity as a morally upright officer of the law.
That night, a storm picked up and blew all around his small cabin. Feeling a chill seep through his bones, Duncan rose from the bed, and he made a small fire in the iron stove as he remembered his first and only dog, Buster, a plump Yellow Labrador Retriever with a black snout.
Smartest, kindest and warmest dog he had ever known.
To Duncan, Buster was more than just a dog. He was his guardian, his confidant, his best friend. He was the brother he never had. He caught rodents, guarded against coyotes and drove cattle on the farm. His father used to say a good dog was worth two or three farm-hands, and Buster was certainly worth four. Thinking about it now, he was glad that no one ever used the law against Buster, or any other dog in his town for that matter.
To be sure, Buster wasn’t as big or strong as these Arctic dogs, but he was quite the hunter and had once even saved him from a wolverine. But what Duncan remembered most was that Buster used to curl up in bed with him to calm his anxious heart and help him drift away to sleep.
And now Duncan longed for nothing more than the undisturbed, soundless sleep of youth. And as he longed for sleep, the wind blew harder and fiercer through the cracks of his cabin. The fire flared, flickered and snapped, casting violent shadows that seemed to tell stories.
Duncan rubbed his eyes to make the hallucinations go away. But wherever he looked the shadows took the form of officers and hunters shooting at confused and frightened dogs as a thick and unnatural black smoke began to fill the cabin.
Duncan tried to pinch himself awake. But when he realized he wasn’t asleep, he quickly shut his eyes and once again begged for the dogs to just leave him alone.
He wanted one night of rest. Just one night! His brain reeled with despair, and he began to hear the warped voice of his captain laughing at him, shouting at him, tormenting him, telling him the dogs were dangerous… aggressive… a definite blight on their future plans.
Duncan felt madness clutching at the seams of his soul. He screamed that these were lies! All of them! And when he opened his eyes again, the black smoke was gone, and the shadows were once again meaningless shapes flickering about the cabin.
But just as Duncan sighed his relief, he heard a sound.
A gentle, scratching sound. At the door. Then he heard a bark that sounded vaguely familiar. The bark came again and again and it sounded like —
'Buster.
Duncan narrowed his gaze and cautiously approached the thick, wooden door. The scratching stopped just as he placed his hand on the doorknob. He stood in silence for a long, tense moment. When the scratching came again, he quickly opened the door and caught a fleeting glimpse of yellow fur disappearing beyond thick sheets of falling snow.
Exhausted and confused, Duncan rushed into the churning storm in his undergarments and slippers, yelling for Buster to wait for him. Then he stopped suddenly when he realized he was being irrational. His tired mind was playing tricks on him.
Buster had been dead for over twenty years. He had been hit by a car. And for a fleeting moment, Duncan remembered holding his paw on the side of the road, calming him down as his life slowly seeped away. He had never cried so much in his life. There was no possible way Buster could still be with him.
Covered in snow, Duncan told himself the solitude was getting to him and that he just needed one night of undisturbed sleep. He turned back toward the cabin. But as he turned, he realised…
…he was lost.
He couldn't see an inch in front of him in any direction. Cold and panic swept over him at once. He turned and turned as the wind howled and shrieked and whimpered. In the raging blizzard, he could only make out —
Dogs.
Ghostly dogs. Dead and decaying dogs. Thousands of them. Running around him. Growling. Howling. Barking. Confusing him.
Duncan shouted for them to stop, and he tried to scare them off as he had done before. But the dogs grew faster and fiercer as though they were one with the storm.
Duncan fell to his knees and felt the cold bite all over his trembling body. His face twisted in terror as each dog seemed to pounce out of the storm to take its turn chomping down on him with cold, indifferent teeth. He collapsed to his side in agony. A terrible numbness crept over him, not so much from the cold but the memory of hurting all those poor dogs. He begged for them to stop, and then he did what he had never done before.
He confessed his shame and begged for forgiveness.
At once, the dogs froze and stared at him with eyes that seemed to look straight into his heart.
Duncan choked out that he was sorry, that he was truly sorry, and that even though he had done everything by the book, he had done everything wrong. He had done them wrong. He had done their families wrong. And he had done himself wrong.
And as he emptied his heart, he heard a familiar bark as Buster suddenly emerged from the ghostly pack and stood before him.
'The dogs looked at Buster, then Duncan, then Buster again. A wave of peace seemed to wash over them as they disappeared one by one and left Duncan with his guardian… his friend… his brother. And Buster curled down beside Duncan as his heart slowed to a stop, and the blinding, white storm swept his life away as it had done so many others.
When Constable Duncan J. Smith didn’t show up at the station the next day, his fellow officers searched for him and found his frozen corpse not ten feet from his cabin. He was lying on his side with a peaceful expression on his face. One officer noticed that he had been running around in circles, while the others questioned why he had been foolish enough to leave his cabin in his undergarments in the middle of a snowstorm.
The captain kneeled by Duncan’s frozen black and blue face and sighed. Just as he ordered someone to cover the body, another officer panicked and rubbed his eyes, claiming he saw dogs all around him. He stumbled back and screamed for the dogs to stay away from him. No one saw what he was seeing, and the captain told him to stop making jokes at Duncan’s expense. But the frantic officer shrieked in terror and swore that the dogs were real and that they were following him.
Arcus 2921[]
Some civilisations collapse because they discover knowledge they aren't mature enough to understand. Other civilisations collapse because of natural disasters. And yet other civilisations get a little push… a little nudge… over the cliff. I have studied the final days of countless worlds… been through the memories of so many Survivors… and I can say that The Entity doesn't just corrupt and consume a world… it somehow taps into our collective fears and has a little fun.
From what I've observed, The Entity seems to take its time cherry-picking souls from a buffet of misery whilst contemplating a perfect design of destruction as though… as though an apocalypse was a kind of work of art… a kind of masterpiece. This I realise goes against everything I've learned about Ancients back home. But I cannot deny that all the stories and memories I've been examining suggest a voluntary and not involuntary will to create and destroy on the part of this Ancient. It's all speculation at this point but the last realm that opened up in the basement allowed me to venture into Terra Arachna, where I witnessed the fall of a world to massive, spider-like creatures — monsters that could have only come from The Entity. Not wanting any of those monsters escaping into the tower, I quickly etched a symbol into the basement door to make the realm disappear. Then, just to be certain, I opened the door and all that was left of the apocalypse was a small, empty room covered in dust. But, as I examined the room, I thought I heard a kind of chittering sound in the corridors. I swallowed a growing lump in my throat and cautiously searched the tower to make sure nothing had escaped. I didn't find anything inside, but noises outside continue to disturb my sleep, and I'm sure I've seen things moving in The Fog.
Video[]
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Desafíos[]
- NOTA: Cuando la Grieta asociada a este Tomo termina, estos Desafíos ya no recompensan Fragmentos de Grieta
. Están documentados por razones de archivo.
Nivel 1[]
| Desafío | Tarea | Personaje | Recompensas de Finalización | ||
|---|---|---|---|---|---|
| DESAFÍOS REGULARES | |||||
| Que se Haga la Luz | Repara 4 Generadores. | 3 | 15,000 | ||
| Carrera Mortal | Que te Persiga el Asesino por un total de 180 segundos. | 3 | 15,000 | ||
| Virtud Heroica | Permanece en la partida mientras otros 4 Sobrevivientes escapan. (Requiere de al menos 2 partidas para completarse.) |
3 | 15,000 | ||
| Dador de Vida | Cura un total de 5 Estados de Salud de cualquier Sobreviviente. | 3 | 15,000 | ||
| Cueste lo que Cueste | Aturde al Asesino 4 veces. | 3 | 15,000 | ||
| Condenadamente Bueno | Golpea Sobrevivientes con tu Arma 12 veces. | 3 | 15,000 | ||
| Reverencial | Sacrifica al Ente a 8 Sobrevivientes. (Requiere de al menos 2 partidas para completarse.). |
3 | 15,000 | ||
| Depósito de Chatarra | Daña 12 Generadores. | 3 | 15,000 | ||
| Recompensas Ensangrentadas | Gana 50,000 Puntos de Sangre. (Los Puntos de Sangre ganados fuera de la partida no cuentan.) |
3 | 15,000 | ||
| Salvación o Sacrificio | Completa un total de 10 de lo siguiente como Sobreviviente o Asesino:
|
3 | 15,000 | ||
| Edad de Plata | Gana 8 Emblemas de Plata o superior. | 3 | 15,000 | ||
| DESAFÍOS MAESTROS | |||||
| Sálvate | Ocúltate en un radio de 10 metros del Asesino sin que te atrape por un total de 15 segundos al usar la ventaja Autoconservación Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 25,000 | ||
| Salvador | Desengancha de forma segura a 2 Sobrevivientes. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 25,000 | ||
| Caos Controlado | Persigue a los Sobrevivientes por un total de 60 segundos mientras usas la ventaja Maleficio: Control de Público Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 25,000 | ||
| Buscaestrellas | Golpea a un Sobreviviente con el Efecto de Estado Vulnerabilidad Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 25,000 | ||
| La Victoria de Jin | Como Yun-Jin Lee, escapa de 1 Partida. Completa este desafío en una sola partida. |
![]() |
5 | 25,000 | |
| Córtalos | Golpea a los Sobrevivientes 25 veces con Cuchillos como El Embaucador. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 25,000 | ||
| Mil Cortes | Hiere a 3 Sobrevivientes con los Cuchillos como El Embaucador. Los Sobrevivientes sufren heridas cuando su medidor de laceración se llena. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 25,000 | ||
| DESAFÍOS DE GLIFOS | |||||
| Rastreador de Glifos | Comulga con 1 Glifo Morado. |
5 | 25,000 | ||
Amuleto de Finalización[]
| Ícono | Nombre | Descripción | Colección |
|---|---|---|---|
|
Estancamiento Universal | El modelo del Observador de un universo desprovisto de energía áurica. | Crescendo |
Nivel 2[]
| Desafío | Tarea | Personaje | Recompensas de Finalización | ||
|---|---|---|---|---|---|
| DESAFÍOS REGULARES | |||||
| Generosidad | Cura un total de 6 Estados de Salud de otros Sobrevivientes. | 3 | 25,000 | ||
| Mecánico | Usa por completo 4 Cajas de Herramientas. | 3 | 25,000 | ||
| Un Trabajo Bien Hecho | Termina de reparar 5 Generadores. | 3 | 25,000 | ||
| Liberador | Desengancha de forma segura a 12 Sobrevivientes. (Requiere de al menos 2 partidas para completarse.) |
3 | 25,000 | ||
| Fuera de Vista | Ocúltate en un radio de 10 metros del Asesino sin que te atrape por un total de 120 segundos. | 3 | 25,000 | ||
| Alianza Estratégica | Realiza una Acción Cooperativa durante 60 segundos. | 3 | 15,000 | ||
| Rey de los Combos | Golpea a 2 Sobrevivientes diferentes con tu Arma en menos de 60 segundos. Haz esto 4 veces. | 3 | 25,000 | ||
| Desesperanza Diversa | Cuelga a 10 Sobrevivientes diferentes. (Requiere de al menos 3 partidas para completarse.) |
3 | 25,000 | ||
| Ejecución | Mata de cualquier forma a 12 Sobrevivientes. (Requiere de al menos 3 partidas para completarse.) |
3 | 25,000 | ||
| Desata la Furia | Rompe 25 Generadores, o rompe Tarimas o Paredes Rompibles. | 3 | 25,000 | ||
| Recompensas Ensangrentadas | Gana 75,000 Puntos de Sangre. (Los Puntos de Sangre ganados fuera de la partida no cuentan.) |
3 | 25,000 | ||
| Suelta o Corta | Completa un total de 15 de lo siguiente como Sobreviviente o Asesino:
|
3 | 25,000 | ||
| DESAFÍOS MAESTROS | |||||
| Muy Lejos | Escapa de 2 persecuciones. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 35,000 | ||
| En La Pista Correcta | Obtén un Gran Resultado en 3 times Pruebas de Habilidad mientras usas la ventaja Vía Rápida Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 35,000 | ||
| Adherencia Oscura | Cuelga a 7 Sobrevivientes. | 5 | 35,000 | ||
| Salir No Es Una Opción | Evita que se abran cualquier Puerta de Salida mientras usas la ventaja Sin Salida Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 35,000 | ||
| Pase Largo | Golpea a Sobrevivientes con los Cuchillos desde una distancia de al menos 15 metros como El Embaucador. Haz esto 5 veces. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 35,000 | ||
| DESAFÍOS DE GLIFOS | |||||
| Fugitivo de Glifo | Comulga con 1 Glifo Azul y luego escapa de 1 Partida. |
5 | 35,000 | ||
| Rastreador de Glifos | Comulga con 2 Glifos Morados. |
5 | 35,000 | ||
Amuleto de Finalización[]
| Ícono | Nombre | Descripción | Colección |
|---|---|---|---|
|
Catalizador Universal | Un modelo de un universo dando origen a energía áurica. | Crescendo |
Nivel 3[]
| Desafío | Tarea | Personaje | Recompensas de Finalización | ||
|---|---|---|---|---|---|
| DESAFÍOS REGULARES | |||||
| Una Demostración Sorprendente | Aturde o Ciega al Asesino 12 veces. | 3 | 30,000 | ||
| Llamado a la Salud | Usa por completo 5 Botiquines. | 3 | 30,000 | ||
| Deuda de Sangre | Desengancha4 veces a un Sobreviviente que te haya desenganchado durante la partida. Hazlo de forma segura. | 3 | 30,000 | ||
| Tobillos Adoloridos | Cae desde una Gran Altura mientras te persiguen 8 veces. | 3 | 30,000 | ||
| Condenadamente Bueno | Golpea Sobrevivientes con tu Arma 20 veces. | 3 | 30,000 | ||
| Depósito de Chatarra | Daña 20 Generadores. | 3 | 30,000 | ||
| Aterrado | Haz que los Sobrevivientes griten 44 veces. | 3 | 30,000 | ||
| Recompensas Ensangrentadas | Gana 100,000 Puntos de Sangre. (Los Puntos de Sangre ganados fuera de la partida no cuentan.) |
3 | 30,000 | ||
| Edad Iridiscente | Gana 10 Emblemas Iridiscentes. | 3 | 30,000 | ||
| Salvación o Sacrificio | Completa un total de 15 de lo siguiente como Sobreviviente o Asesino:
|
3 | 30,000 | ||
| DESAFÍOS MAESTROS | |||||
| Es Técnico | Termina de reparar 3 Generadores mientras usas la ventaja Pericia Técnica Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 50,000 | ||
| Salvación de Última Hora | Cura por completo 1 Estado de Salud de cualquier Sobreviviente después de que se abran las Puertas de Salida. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 50,000 | ||
| Movimientos Aplastantes | Aturde al Asesino 3 veces mientras usas la ventaja Éxito Aplastante Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 50,000 | ||
| ¿Jin o Fuera? | Sobrevive mientras otros 2 Sobrevivientes escapan de la partida como Yun-Jin Lee. Debes permanecer en la partida mientras ellos escapan. Completa este desafío en una sola partida. |
![]() |
5 | 50,000 | |
| Atracción Principal | Derriba a 2 Sobrevivientes con los Cuchillos durante el Evento Principal como El Embaucador. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 50,000 | ||
| DESAFÍOS DE GLIFOS | |||||
| Experto en Glifos | Comulga con 2 Glifos Amarillos. |
5 | 50,000 | ||
| Rastreador de Glifos | Comulga con 3 Glifos Morados. |
5 | 50,000 | ||
Amuleto de Finalización[]
| Ícono | Nombre | Descripción | Colección |
|---|---|---|---|
|
Caos Universal | Un modelo que representa un universo vibrante y rebosante del caos de la vida y la existencia que hay entre todo eso. | Crescendo |
Nivel 4[]
| Desafío | Tarea | Personaje | Recompensas de Finalización | ||
|---|---|---|---|---|---|
| DESAFÍOS REGULARES | |||||
| Carrera Mortal | Que te Persiga el Asesino por un total de 300 segundos. | 3 | 45,000 | ||
| Riesgo Total | Sabotea 18 Ganchos. | 3 | 45,000 | ||
| Un Trabajo Bien Hecho | Termina de reparar 15 Generadores. (Requiere de al menos 3 partidas para completarse.) |
3 | 45,000 | ||
| Alianza Estratégica | Realiza una Acción Cooperativa durante 360 segundos. | 3 | 45,000 | ||
| Condenadamente Bueno | Golpea Sobrevivientes con tu Arma 40 veces. | 3 | 45,000 | ||
| Entierro Oculto | Cuelga a 12 Sobrevivientes en El Sótano. | 3 | 45,000 | ||
| Ejecución | Mata de cualquier forma a 20 Sobrevivientes. (Requiere de al menos 5 partidas para completarse.) |
3 | 45,000 | ||
| Desata la Furia | Daña 50 Generadores, o rompe Tarimas usadas o Paredes Rompibles. | 3 | 45,000 | ||
| Recompensas Ensangrentadas | Gana 150,000 Puntos de Sangre. (Los Puntos de Sangre ganados fuera de la partida no cuentan.) |
3 | 45,000 | ||
| Suelta o Corta | Completa un total de 30 de lo siguiente como Sobreviviente o Asesino:
|
3 | 45,000 | ||
| DESAFÍOS MAESTROS | |||||
| Fugitivo Alerta | Escapa por la Trampilla mientras usas la ventaja Alerta Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 60,000 | ||
| Avances Ágiles | Salta una Tarima o por una Ventana 5 veces mientras usas la ventaja Agilidad Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 60,000 | ||
| El Doctor Está Adentro | Mata al menos a 3 Sobrevivientes mientras usas las ventajas Presencia Abrumadora |
5 | 60,000 | ||
| Explosión Eléctrica | Electrifica a 20 Sobrevivientes con la habilidad Explosión Estática como El Doctor. Completa este desafío en una sola partida. |
5 | 60,000 | ||
| DESAFÍOS DE GLIFOS | |||||
| Buscador de Glifos | Comulga con 6 Glifos Rojos. |
5 | 60,000 | ||
| Rastreador de Glifos | Comulga con 4 Glifos Morados. |
5 | 60,000 | ||
Amuleto de Finalización[]
| Ícono | Nombre | Descripción | Colección |
|---|---|---|---|
|
Extremo Universal | Un modelo de un universo consumiéndose. Extrañamente hermoso. | Crescendo |
Glifos[]
- Artículo Principal: Glifos
Tomo 9 - Crescendo introdujo los Desafíos de Glifo Morado.
Favor referirse al artículo principal para más información en Glifos.




